Había una mujer que, a fuerza de una actitud recta y perseverante, había
obtenido grandes logros espirituales. Aunque desposada, siempre hallaba tiempo
para conectar con su Realidad primordial. Desde niña, había lucido en las
muñecas brazaletes de cristal. La vida se iba consumiendo inexorablemente, como
el rocío se derrite cuando brotan los primeros rayos del sol. Ya no era joven,
y las arrugas dejaban sus huellas indelebles en su rostro. ¿Acaso en todo
encuentro no está ya presente la separación? Un día, su amado esposo fue tocado
por la dama de la muerte y su cuerpo quedó tan frío como los cantos rodados del
riachuelo en el que hacía sus abluciones. Cuando el cadáver fue incinerado, la
mujer se despojó de los brazaletes de cristal y se colocó unos de oro. La gente
del pueblo no pudo por menos que sorprenderse. ¿A qué venía ahora ese cambio?
¿Por qué en tan dolorosos momentos abandonaba los brazaletes de cristal y
tomaba los de oro? Algunas personas fueron hasta su casa y le preguntaron la
razón de ese proceder. La mujer hizo pasar a los visitantes. Parsimoniosamente,
con la paz propia de aquel que comprende y acepta el devenir de los acontecimientos,
preparó un sabroso té especiado.
Mientras los invitados saboreaban
el líquido humeante, la mujer dijo:
--¿Por qué os sorprendéis? Antes, mi marido era tan frágil como los
brazaletes de cristal, pero ahora él es fuerte y permanente como estos brazaletes
de oro.
*Reflexión: ¿A quién no alcanza la muerte del cuerpo? Pero aquello
que realmente anima el cuerpo es vigoroso y perdurable.
En breve publicaré más reflexiones sobre “MOTIVACIÓN Y REFLEXIÓN” mientras
tanto, te recomiendo que visites los diferentes
enlaces que encontraras en mi web.
Etiquetas :
aprendizaje,
cuentos,
historias,
moraleja,
motivacion,
Motivación personal,
reflexión,
sabiduría,
vida
0 Comentarios sobre "LOS BRAZALETES DE ORO"